Milagro de La Virgen a Miguel

Milagro de Calanda
MIGUEL PELLICER, VECINO DE CALANDA, TENIA UNA PIERNA, MUERTA Y ENTERRADA .. .
DOS AÑOS Y CINCO MESES, COSA CIERTA Y APROBADA POR MÉDICOS CIRUJANOS, QUE LA TENIA CORTADA …
SE ACOSTO EN LA CAMA Y POR LA MAÑANA
SE ENCONTRO LA PIERNA SANA COMO ESTABA
Milagro de La Virgen a Miguel
La Virgen María le devuelve su pierna amputada a miguel Pellicer
Se trata de la pierna de un joven labrador en la plenitud de sus 20 años (1617-1637).
lugar de la amputación fue el suntuoso hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza, ubicado en lo que es ahora la plaza de España de la ciudad; lugar de la recuperación: la pobre casita de los Pellicet en la ladera del Castillo de Calanda, a 118 kilómetros de Zaragoza. Fecha de la operación quirúrgica: el mes de octubre de 1637.
Es admirable la precisión con que conocemos hasta la hora de la recuperación del miembro perdido; entre las diez y las once de la noche del 29 al 30 de marzo de 1640; jueves a viernes en la primera semana de Pasión de la Cuaresma de aquel año, que celebró la Pascua el domingo, 8 de abril.
Con el mismo detalle conocemos los datos esenciales relativos a la operación quirúrgica en Zaragoza, decidida y ejecutada por el famoso cirujano Juan de Estanga, de cuya vida y defunción han quedado preciosos documentos. Asistieron a Estanga en la operación Diego Millaruelo (otro cirujano perfectamente conocido) y el practicante Juan Lorenzo García, quien con un compañero dio sepultura a la pierna (cortada «Cuatro dedos» por debajo de la rodilla). en el cementerio del establecimiento.
Provisto el pobre mutilado, a su salida del Hospital, de una tosca «pata de palo» y de una muleta, alternaba algunos fáciles trabajos manuales con su asidua asistencia al templo del Pilar, donde pedía habitualmente limosna y se encomendaba con fervor a Nuestra Señora, ungiendo el muñón de su pierna rota con el aceite de las lámparas que ardían en honor de la Virgen.
Dos años y algunos meses después de la amputación, «en la segunda semana de Cuaresma» de 1640, realizó Miguel Juan su deseo de volver a la casa de sus padres; y para no agravar su pobreza salió varias veces a pedir limosna por los lugares circunvecinos; lo cual sirvió para «allegar» varias talegas de pan; pero también para que se divulgase más la noticia de su enfermedad y «hubiese más testigos de su salud».
El mencionado Jueves, 29 de marzo, lo pasó el buen mozo, «ayudado por una hermanica, en trasladar «fiemo» o estiércol desde una era al corral de su casa. Por la noche, antes de las diez, participó en la tertulia de sus padres (Miguel y María) con los vecinos de la casa contigua, Miguel Barrachina y Ursula Means, con el criadito Bartolomé y con un soldado de caballería que tenían alojado en casa …
Hagámonos presente en ella un poco más tarde. .. Son como las once de la noche. Hace una media hora que Ursula, la vecina, regresó a su casa y poco después le siguió su marido. Miguel Juan se había retirado anteriormente por sentirse muy cansado.
Su madre le había preparado un pobre lecho, al pie de la cama matrimonial, por haber reservado al soldadico la habitación del hijo … Hace unos momentos ha entrado ella también a preparar su descanso; y acaba de salir desconcertada, del dormitorio, llamando a su marido… No sabe si ha visto bien o está soñando … Por debajo de la capa, que hace de cobertor del camastro, salen dos pies… ¿Qué ha sido de Miguel Juan… ?
Vuelve a entrar en la habitación, precedida por su esposo; el le sigue con su candil encendido, para alumbrarle; delante va el zagalillo …
Nota el padre al entrar un olor suave, no acostumbrado en aquel lugar pero ¿quién sino su hijo puede ser aquel joven profundamente dormido ? Ningún desorden en la habitación, ni siquiera en la ropa del camastro…; pero fuera de «la capa que hace de cobertor, sobresalen dos pies..
«Más de dos credos costó a los padres, con gritos y meneo despertar al durmiente.
Al fin, se inicia la reacción de Miguel Juan, que se d cuenta de la recuperación de su pierna derecha. No sabe cómo ha sí do aquello …; estaba soñando que como de costumbre se ungía el muñón de su herida con el aceite de una lámpara en la capilla de la Virgen, en Zaragoza.
Ruega a sus padres que comprueben si se conservan en la pierna las señales de antiguas heridas; así es; y observan además que la pierna está fría, parece mas flaca y corta que la otra … No puede dudar que es la misma que le cortaron en el Hospital…
.. Pero ¿cómo se ha conservado, sin acabar de corromperse, la pierna que se enterró ya gangrenosa?
¿De qué manera ha sido traída, desde más de cien kilómetros de distancia…?
¿Cómo se ha verificado la implantación, en el breve tiempo que ha durado el sueño del paciente?
¿Cómo éste conserva normales sus funciones vitales en medio de mutaciones tan profundas… ?
…Una contestación bien sencilla aflora en la mente de los padres y el hijo… y encuentra su expresión en muy pocas palabras, que surgen como un suspiro de inmensa gratitud
¡Milagro de La Virgen a Miguel…. !
Tres días después, esta confesión de FE se formulará por Miguel Juan en el acta notarial del Protocolo de Mazaleón en términos tan inspirados que no pueden ofrece reparo al más exigente teólogo: tanto el como sus padres tuvieron por verdad que la Virgen Santísima del Pilar rogó a su Hijo Santísimo y Redentor nuestro que por los ruegos que el dicho mancebo hizo, o por sus juicios secretos, le alcanzó de Dios nuestro Señor la misma pierna que había dos años enterrada…




BENDITA Y ALABADA SEA LA HORA
EN QUE MARÍA SANTÍSIMA
VINO EN CARNE MORTAL A ZARAGOZA.
POR SIEMPRE SEA BENDITA Y ALABADA.
AUDIO DEL PADRE JUSTO LOFEUDO SOBRE EL MILAGRO DE CALANDA
